¿EL ÉXITO EN REDES SOCIALES ES SINÓNIMO DE IMPACTO EN LA MÚSICA?
ESPECIAL. Llegar a convertirse en la número uno y cobrar popularidad en el mundo de la música es el sueño que toda cantante grupera persigue, en el pasado durante los años noventas las compañías discográficas aseguraban sus inversiones con increíbles campañas publicitarias que por lo general basaban su desarrollo con la constante rotación de los temas de su elenco en las estaciones de radio, aunque también había discográficas que disfrutaban de mayores presupuestos lo que les daba la oportunidad de colocar spots promocionales en televisión y recorrer su territorio nacional con giras promocionales que desde luego eran cubiertas por la disquera; sin embargo a la entrada del nuevo siglo y con las nuevas formas de comercialización todo cambió, algunas compañías desaparecieron, otras se fusionaron y las más pequeñas debieron adoptar el sobrenombre de “compañía independiente”, moldeando así de nuevo y desde cero la estructura comercial y logística que hasta antes había funcionado con éxito.
Desde la desaparición o poca utilidad de formatos físicos hasta el aparentemente imparable éxito del streaming han sucedido gran cantidad de cambios y hechos que parecieran imposibles se han vuelto realidad, por ejemplo en otro tiempo nadie hubiera pensado posible que medios como la radio o la televisión le darían espacios privilegiados a personajes musicales que no tuvieran el respaldo de un sello discográfico o destacadas agencias de representación se atrevieran a llevar la agenda de trabajo de artistas sin apoyo promocional en medios tradicionales.
Ahora pareciera ser que grandes conglomerados de medios de comunicación retoman la popularidad directa de las estrellas nacientes de la música para llevar contenidos atractivos a sus audiencias y es ahí donde parecen concentrarse la mayoría de las figuras, ya que esperan poder volverse fenómenos virales o tener un tema con miles de reproducciones y de esta forma sentirse integrados al nuevo “star system” que pareciera predominar.
En el caso particular de las cantantes gruperas se vuelve hasta cotidiano encontrarnos publicaciones donde agradecen por sus elevadas reproducciones, por alcanzar enormes cifras de seguidores y hasta por “romper récords” de likes entre muchas otras métricas propias del social media, pero si trasladamos esa supuesta popularidad a la vida común nos percatamos de ciertas situaciones sospechosas o inverosímiles.
Algunos indicios claros que nos hacen poner atención en los datos que mencionamos y contrastarlos con la realidad son los siguientes:
Éxitos con cifras de reproducción menores gozan de mayor impacto entre la gente que las escucha en sus reuniones o fiestas, ya sea en reproducciones desde youtube o spotify o bien desde una memoria USB.
La legión de seguidores se manifiesta de forma intensa siempre cada que hay un lanzamiento, dándole así un fuerte soporte y respaldo, sin embargo cuando se realizan publicaciones comunes o hasta en alguna dinámica con premios la respuesta de esos fanáticos es pobre y en promedio nula.
Si un tema en verdad alcanza el impacto que da una elevada cifra de reproducciones en cualquiera que sea la plataforma, sería común escuchar a las personas tararearlo, o incluso nosotros mismos tendríamos en nuestra cabeza su melodía, pero no, cuando por accidente damos con este tema, nos resulta desconocido y nos sorprende ver que millones de personas la han escuchado y nosotros pareciéramos ser la excepción única.
Lo anterior como estrategia comercial no está mal, solo que esto se vuelve un arma peligrosa en manos de quien no conozca su funcionamiento, ¿y por qué utilizamos estas palabras? por lo siguiente: una estrategia promocional siempre es necesaria, pero debe cubrir varios frentes: medios de comunicación tradicionales y sistemas modernos de información, en forma ordenada, metódica, planeada y organizada, es decir, con un análisis propio de cualquier sistema administrativo..
Muchas de las nuevas exponentes del género popular llegan a la música con el infinito deseo de ser escuchadas y valoradas, poseedoras de gran talento y con un conocimiento extenso sobre las redes sociales; al reunirse estos ingredientes y con el optimismo propio de una ilusión, consideran fielmente que ya tienen la infraestructura necesaria para el éxito y esto da como resultado que publiquen sus lanzamientos en redes sociales y alcancen los millones de reproducciones que posteriormente informan en sus redes sociales, sin embargo al transferir ese supuesto fenómeno a la realidad, el resultado no coincide. Repetimos y subrayamos, no está prohibido el hacer uso de estrategias comerciales que permitan dar el impulso a un sencillo, después de todo, esto sería la forma moderna a las campañas promocionales más agresivas y de mayor penetración. El pequeño gran error que se comete es que se basa toda la estrategia en reproducciones en streaming y se deja de lado la importancia de darse a conocer en medios tan infalibles como la prensa, que a final de cuentas es un medio de información sólido y de gran alcance, ya que la gran mayoría de los rotativos cuentan con una versión digital en la que trabajan para volverla más atractiva ante su propia versión impresa.
Si los medios tradicionales estuvieran perdiendo terreno frente a las redes sociales, plataformas como Instagram quizás no les considerarían como requisito para otorgar la palomita que denota que una cuenta es oficial o verificada, ya que entre los factores que la red de las fotografías considera a la hora de verificar una cuenta es la presencia en medios de noticias como periódicos o publicaciones especializadas del entorno en que se desarrolla quien busca la verificación.
Es entonces donde vale la pena considerar si es prudente seguir apostando por una forma de trabajo que permite llenar el contador de visitas y reproducciones pero que deja de lado la seriedad que da el poder encontrar artículos editoriales y periodísticos de un artista, ya que a final de cuentas en el mundo del social media todos pueden ser estrellas, sin embargo en el universo de los diarios no todos merecen una reseña o entrevista.
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